Pocos días después de mudarnos recibimos una misteriosa invitación. A través de una carta con un repugnante olor, la familia vecina nos invita a una cena de bienvenida al barrio.
Al acercarnos a su casa, empezamos a notar inquietantes detalles... sus maceteros parecen cráneos y las plantas tienen forma de tentáculos... Con el pulso acelerado, avanzamos hasta la entrada. Su timbre tiene forma de ojo y al presionarlo suenan gritos escalofriantes. Al abrirse la puerta nuestra sospecha se confirma, ¡son monstruos!
Cada jugador recibe 12 cartas. El jugador inicial juega una carta y anuncia un color y un valor. Los otros jugadores, en turnos, deben agregar una carta, que debe ser igual en color o en valor que la anunciada por el jugador inicial. Si el jugador no puede (o no quiere) jugar una carta, debe tomar todas las cartas jugadas hasta el momento (y luego comenzar una nueva ronda). Al final, todas las cartas rojas en la mano valen su valor nominal y el resto de las cartas valen un punto. Después de varias rondas, gana el jugador con menos puntos.